A partir de los resultados obtenidos en el proceso de diagnóstico, identificamos las brechas entre las expectativas ideales y la realidad interna de las personas en la organización. Esto nos permite definir las
acciones a tomar, que pueden incluir ajustes, adaptaciones o actualizaciones en aspectos culturales clave, como la visión, misión y valores, así como en cuestiones más específicas, como el modelo de competencias interno.